Un cuentista, novelistas, acádemico puede ser también fotógrafo amateur de sus viajes personales. En todas sus facetas escrime la pasión por acceder a estados de belleza, conciencia, verdad estética. Sabe, con Paul Veléry, que no hay nada más profundo que la piel. Entonces en sus escritos y sus fotógrafias intenta rasgar el velo para develar la epifanía, el estado de gracia fulgurante y revelador. Así, el escritor Jorge Luis Herrera, que ha ido perfeccionando el instrumento del lenguaje verbal con los años, descubre que tras décadas de travesías por el mundo cuenta con miles de imágenes fotografiadas. Se enfrenta a ellas como un mapamundi colorido y diverso que reclama un orden y una narrativa. De entre muchas, escoge medio centenar por el equilibro entre sugerencia y belleza implosiva. [...] Encontrar los hilos secretos que pueden entramarse de una a otra fotografía es el trabajo que s eimpuso el escritor frente al mapamundi-rompecabezas de un divertimento que más tarde definiría como "cuentofoto".
Ana V. Clavel