Nunca ha habido gobernadoras en Oaxaca desde que fuimos republicanos federales primerizos en 1828. Aunque han pasado 200 años eso no ha significado que la esposa de un gobernador oaxaqueño no haya tenido influencia en la vida política de nuestra patria chica. Pero sabemos tan poco de ellas...
El presente libro que publica doña María de la Luz Sara González Esperón, ilustrado con fotografías inéditas, además de ofrecernos semblanzas biográficas de lo que se sabe de ELLAS, consigue poner en nuestro horizonte histórico una sutil línea de continuidad femenina en el poder, o tras de él, que hace resaltar lo que pudiendo ser obvio no lo es: que la historia de la patria chica no se puede explicar sin ellas, aunque la mayoría de ELLAS no dejen de ser sombras solamente.
Ninguna de las señoras reunidas en este libro eligió ser gobernadora. Fueron la buena suerte o la mala suerte, fuerzas ajenas a su ser, las que les colocaron en ese papel histórico, único, y tomaron el toro por los cuernos. Sin ser necesariamente politólogas, sociólogas o psicólogas, más bien fue su formación familiar recibida desde la infancia, sus creencias religiosas, sus convicciones ideológicas, su sensibilidad maternal, y quizás el ser conscientes de que la vida les colocaba en un lugar desde donde era posible cambiar algunas cosas feas del mundo que les rodeaba, todos esos engranes que ellas no movieron, fueron las que les permitieron marcar una huella diferente en el periodo en que sus esposos ejercieron el poder ejecutivo. A pesar de todo, fueron cubiertas por el mismo manto negro, pardo o incoloro que cayó sobre la gestión de sus esposos. Esto, en el fondo, es sólo una percepción pero estudios más profundos podrían ser de enorme utilidad para beneficio del ejercicio del poder republicano cuyas riendas lleguen a tomar ELLAS.