De sur a sol : poemas con aroma de café De sur a sol o de sol a sur, es, en ambos sentidos, un canto a la vida, al amor, a la naturaleza, a la sensualidad y a la poesía; entendiendo por poesía la música de las palabras al servicio de la reflexión profunda, de la metáfora conmovedora, de la confidencia existencial hecha por un espíritu sensible. Ahora bien, para una mejor comprensión de su libro, la poetiza emplea algunas claves, que a manera de epígrafes, coloca al inicio de los poemas. De tales claves, me parece, la más reveladora del espíritu rector que inspiró la obra, es el epígrafe que, con acertada sabiduría nos dice: “Nuestra única certeza es el sueño del amor”. Y tan es así que, en mi concepto, dicha certeza es el hilo conductor de que se vale la autora para componer un libro amoroso, en palabras leídas de Raúl Moncada Galán. Soledad Jiménez dice respecto a la obra … “que los ocho poemas que lo componen los percibo estructurados como si fueran dos compases de 4/4. Dos compases que en su afán de dar cuenta de un sueño que asaltó a su autora (y leo el verso que rubrica el libro, “Nuestra única certeza es el sueño del amor...”) se corresponden rítmicamente al movimiento natural de un sístole y un diástole en el corazón de la poeta. En el primer compás De sur a sol, el poema que abre y da nombre al libro seguido de Molino azul, Antes de la lluvia y Verticalidad de la noche. Son estos poemarios amorosamente acunados, como mecidos en hamacas, poemas que, parafraseando a Frida, parecen ser “filtrados como una luz atrial que el tiempo arrastra”, mientras transcurren las horas del sopor del mediodía, transpirados pues, durante las siestas que el trópico impone, o bien decantados en la duermevela de la vigilia, antes del alba, cuando son pocos los que sueñan el mundo. Quizás por ello empieza con estos versos de ambigua ensoñación: He viajado por ti mujer en vela buscando mi destino […] y es la pluma de frida la que nos alienta a emprender un viaje por el paraíso, seducidos (y seduciendo) con aroma de café azul, en una pasajera aventura que tal vez sobreviva al olvido. Es frida, la de los /44 versos, la del pecho lloroso y la garganta seca, la que está viva y alerta, la que guarda silencio/, la que nos convoca … a celebrar estos poemas. Feliz coincidencia, hoy 21 de marzo, llegada puntual de la primavera, cumpleaños de frida y presentación de sur a sol. Tiempo propicio no sólo para leer un libro, un poema, tiempo propicio incluso, para celebrar próceres; tiempo, en fin, para compartir este libro que nos dice que la naturaleza no es la única que se recrea, que las palabras también tienen su cotidiano renacer, nos dice Carolina Álvarez. Esta obra es un homenaje a la geografía del estado de Guerrero, paisajes interiores que reflejan, una visión íntima y soñada y una espacio real, como un turismo poético que promueve, a través de la metáfora las bondades de un lugar mágico, escondido en sus propias entrañas. Así mismo, es un homenaje al café, como bebida erótica y como reconocimiento a la sierra cafetalera de Guerrero, Atoyac ciudad del café. Todos los textos reflejan una madurez en su manejo del lenguaje y un toque lúdico y erótico, lo cual ha caracterizado siempre a Frida Varinia. En esta oportunidad Quadrivium Editores asume, con gusto, el compromiso de publicar este texto. Cabe destacar que este poemario es galardonado con el primer Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano, 2005, Gobierno del Estado de Guerrero. II El molino azul es la elegancia previa a recoger las miradas fugaces de las últimas aves Es el escarceo de los ropajes el próximo y desnudo roce de paseos de alcoba.