¿Qué iba a saber Claudio de lucha libre? Bueno, lo mismo que todos: nada. A él solo le apasionaban dos cosas: el fútbol y los vampiros. Cómo se iba a imaginar aquella mañana en que llegaron los nuevos vecinos que se vería envuelto en una historia de misterio y horror dentro del mundo de la lucha libre.
Claudio es un niño feliz como cualquier otro: juega futbol, va a la escuela y se lleva bien con su familia. Todo cambió cuando una extraña familia se mudó a la casa vecina. Entre sus integrantes está Martina, una niña odiosa, sabelotodo, que disfruta sometiéndolo en el piso con llaves de lucha libre. Sin embargo, la relación entre ambos cambiará cuando, junto con Esfinge, el papá de Martina, tengan que encontrar a un rufián que ha hecho de la lucha un peligroso deporte.