La poesía de Enriqueta Ochoa muestra, a través de símbolos culturales, religiosos y literarios, un mundo que reivindica la femineidad. La poeta escribió una variada poesía con énfasis en la naturaleza, lo femenino y lo religioso. Ester Hernández Palacios aprovecha ese misticismo para presentar al lector este estudio que construye un núcleo de la poesía de Enriqueta Ochoa: un femenino sagrado. La Diosa configurada gracias a los paralelismos con el catolicismo y entendida en sus dos partes naturales (la masculina y la femenina).
Más que sustituir a un Dios por una Diosa, Ester Hernández Palacios aprovecha la dualidad que expresa la propia Enriqueta, la comprensión de un Dios que pueda representar ambos géneros; lo divino y lo terrenal; el cuerpo y el espíritu. Y es, a su vez, un Dios que nace con la palabra. Justa y precisamente con la palabra poética de Enriqueta Ochoa y que se manifiesta a través de esta obra bien lograda por la autora veracruzana, Ester Hernández Palacios.
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