Y a una persona, ¿cuántas veces se la puede arrancar de raíz y esperar que siga viviendo? ¿No morimos, como los árboles, desde la primera vez, aunque demos algunos frutos, algunos hijos, cuando nos trasplantan a tierras fértiles y tropicales?
Las raíces nacían en Francia: lo atestiguaban los apellidos, las cartas, las frases para llamar a la mesa. Pero quien hurga en el pasado encuentra más historias de las que planeó enfrentar. Así, la investigación sobre cierta carta, cierto viaje, cierto matrimonio, trae consigo el alud incontrolable del pasado: de la Ciudad de México a la colonia francesa en Veracruz, a los pueblos saboyardos en medio de los alpes, a la campaña militar en Argelia y Túnez.
Y aparecen entonces los viejos rostros, que son nuevos para quien ignora la historia entera: Simon-Claude, el médico prodigioso que curaba hasta la rabia. Ernest, el soldado que amó a tres mujeres y perdió tres futuros. Elise, que odió el nuevo continente pero eligió no abandonarlo. Franceline, que quiso hallar el paraíso en un México agreste.
Una novela familiar sobre la identidad, el exilio, el desarraigo, el amor, las ilusiones perdidas y la persistencia de la memoria.