Andren lleva una vida superficial a partir de una traumática ruptuta amorosa. Azra es una joven convencida de que vivimos en una prisión llamada mundo y decide darle vida a su existencia explicando a la gente que debe amotinarse como única forma de escapar de esa realidad limitada por la imperfección.
Los intrincados corredores del laberinto que los aprisionan harán que esos personajes coincidan en un punto del camino y deban confrontar su forma de ser mediante la reflexión acerca del amor, el temor, el lenguaje y el proceso de Creación.
Los sucesos de la revuelta masiva contra el Carcelero son intercalados con los textos sobre la Historia del Mundo de Bollain y Goyti, autor transcendente para entender la naturaleza del no-mundo. El escritor es el inventor que ha quedado preso de su propia creación, como Dédalo, el diseñador del Laberinto.
Al tiempo que se acerca la vuelta de la espiral en la historia de Andren y Azra, descubrimos como Boillan y Goyti encuentra los mecanismos internos para ser libre de las propias limitaciones, del tiempo y del espacio.
