Desde la estrella más brillante de la constelación de Orión, Rigel, Celia Kaminesky despliega una deslumbrante sorpresa a los lectores.
El viaje de Quirón es la historia de una conflagración estelar, la reunión de sabios, dioses y humanos, la amistad entre una niña y un centauro, pero sobre todo es una historia de la armonía que debe reinar entre los hombres.
Tras la historia sobreviene la historia dentro de la historia, la cual enlaza a la narradora con la autora. Es decir, nos encontramos frente a la metaliteratura, el estricto análisis de la propia autora ante su obra. En este contexto la historia transcurre entre los sueños y la realidad contada, la cual a veces es más onírica que las ficciones.
De manera opuesta y complementaria a J. I. Austin, quien nos adoctrinaba sobre cómo hacer cosas con las palabras, Celia Kaminesky nos propone hacer palabras con las cosas.