Este punzante e irónico análisis de las conductas peculiares del cambio de milenio no busca alimentar creencias en profecías apocalípticas ni hace llamados a refugiarse en las catacumbas con una provisión de latas de sopa para recibir la catástrofe: sólo consigna dicha tendencia. En los últimos años, el mundo y nuestros patrones de comportamiento se han movido vertiginosamente; por no ir más lejos, hasta hace poco la gente podía fumar sin que le vinieran con monsergas y los gordos eran felices atiborrándose de calorías. En su labor de disección, esta crónica de la vida cotidiana en los albores del siglo XXI pasa por el bisturí conceptos esenciales de nuestra modernidad que, sin embargo, ningún diccionario ha explicado aún suficientemente: anorexia, celular, chat, corrección política, deportes extremos, head-hunter, género, light, piercing, yuppie... El resultado es un divertido mosaico de manías, modas y propensiones contemporáneas, a cargo de un autor que, en palabras de Eduardo Antonio Parra, “lleva años demoliendo todo tipo de dogmas, ideas preconcebidas, lugares comunes, actitudes reverenciales y pensamientos estrechos; un iconoclasta atrincherado tras una sólida formación científica, una cultura propia y un ingenio indispuesto a las concesiones”.