Prologada por Carlos García Gual, la obra arranca al comparar a dos de los helenistas mexicanos más renombrados del siglo pasado, Alfonso Reyes y Jaime García Terrés. El primero, un estudioso obsesionado con la Grecia clásica y el segundo, un diplomático enamorado de la Grecia moderna. A partir del diálogo entre ambas cartografías imaginadas –una gloriosa y la otra enigmática– el autor desentraña las contradiciones de una nación a la vez favorecida y atormentada por su legado milenario. Su inicio revela cómo surgió la idea de que Grecia era "la cuna de la humanidad", mito que a la fecha pesa sobre la memoria de Occidente. Luego de recorrer siglos de historia cultural, el ensayo llega hasta la crisis que hoy enfreta Europa, con Atenas al centro de la catástrofe. La antigüedad se confiesa fantástica, el presente estremecedor.