Mediante un estilo cuidado, la novela se desarrolla en un momento actual que incrementa el interés en el argumento ya que desde el inicio plantea indicios que sugieren una historia de amor de uno de los protagonistas, Diego, y las mujeres a las que ama. Pero más adelante la acción empieza a dar ciertos indicios de suspense. Un asesinato, intriga, un divorcio inminente y el surgimiento del hombre cuyo rostro se borraba logran dar «la vuelta de tuerca» para hacer más compleja la trama. Es entonces cuando el verdadero protagonista surge y sorprende a quienes le rodean y al lector mismo. El lenguaje es rico, las descripciones del campo con referencias populares y la bellamente lograda escena bucólica, hacen las delicias del lector aderezadas con un juego sugestivo sobre el Conde Lucanor. Todo esto lleva a un final lleno de esperanza.
Blanca Mart