El autor se vale de la biografía para describir, en primera persona, la vida del humanista en un lenguaje sencillo, ajeno a los latinismos y al español en desuso, pero sin abandonar el carácter poético, como el lector podrá apreciar en las hermosas composiciones del literato biografiado, Joaquín Arcadio Pagaza.
En el Centenario luctuoso del poeta, ilustre hijo de Valle de Bravo, personaje devoto y amante de la naturaleza, de la que emana su obra, en 1982 fue elegido como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y reconocido árcade romano, por la Academia de la Arcadía de Roma, en 1889. Obispo de Veracruz y poeta sobresaliente de la literatura nacional.
Con una actitud emotiva y un lúcido ejercicio de recreación autobiográfica, no exento de rigor histórico, el autor describe la vida y la obra a manera de biografía y la dirige al lector como una generosa invitación para conocer la devoción y arrobamiento por la naturaleza que Joaquín Arcadio Pagaza dejó plasmada en su obra.