Un día, en la escuela, Duncan encontró un montón de cartas para él. Eran sus crayones que, molestos por el trato que recibían, decidieron escribir cartas como ultimátum para Duncan. Crayón Beige está cansado de ser el segundón de Crayón Café; Crayón Negro quiere ser usado para algo más que los contornos; y el Naranja y el Amarillo ya no se hablan por que cada uno cree que es el verdadero color del sol. El pobre Duncan sólo quería que sus crayones fueran felices. ¿Qué podrá hacer para tenerlos de vuelta?
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.