La hermosura de la princesa Griselda es tal que hace que los hombres pierdan la cabeza. Y le parece tan gracioso el hecho, que ha comenzado a coleccionarlas: ante el temor de quedar descabezados, los caballeros se le esconden y han dejado de invitarla a los bailes. ¿Qué pasará cuando Griselda invite a cenar al príncipe más cegatón de la comarca?
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2010. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.