En una casa como la mía, nadie te obliga a apagar la luz a la hora de dormir, ni a cerrar los balcones cada vez que hay tormenta; y los hermanos mayores no se ponen furiosos porque se te haya ocurrido tomar prestado el helado que tenían guardado. En esta clase de casas nunca se reciben las calificaciones del colegio, aunque a veces suceden cosas muy especiales.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1994. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
En una casa como la mía, nadie te obliga a apagar la luz a la hora de dormir, ni a cerrar los balcones cada vez que hay tormenta; y los hermanos mayores no se ponen furiosos porque se te haya ocurrido tomar prestado el helado que tenían guardado. En esta clase de casas nunca se reciben las calificaciones del colegio, aunque a veces suceden cosas muy especiales.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2002. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.