Génesis Montesinos es profesor de literatura en una universidad mexicana. Tiene 64 años de edad, es especialista en Francis Scott Fitzgerald y aficionado a Frank Sinatra. Ha dedicado su vida adulta al culto a los libros y a la corte de la academia. Su plan de carrera se ha cumplido: tiene un doctorado y un cubículo.
También, un hastío absoluto. Por ello, decide viajar a Las Vegas y apostarlo todo. Y terminar con su insípida vida. No obstante, jugando al póquer, Génesis Montesinos gana cincuenta y tres mil dólares. Sin saber qué hacer con esta pequeña fortuna, comienza a despilfarrarla en blandos excesos: ropa, discos, alcohol, una sesión en un campo de tiro, un teléfono inteligente, pancakes y tocino. Calorías para el alma.
Sus planes de suicidio se van desdibujando. Además, conoce a Lea, y él mismo empieza a sentirse borroso y vivo. Sin embargo, sobre las mesas de póquer de Las Vegas se juega mucho más que sumas millonarias. Los dueños del mundo apuestan vidas y cierran negocios transnacionales. Y el azar, o el destino, pondrá al profesor de literatura en el corazón de estas tinieblas. Así, en la tierra de los libres, podrá perder la libertad más alta: la posibilidad de elegir el momento y modo de su propia muerte.