Un pequeño niño quiere un perro, pero su mamá se niega argumentándole que los perros son ruidosos, sucios e inquietos. Ante su insistencia, ella acepta que tenga como mascota a un dragón, si lo encuentra. Sorprendentemente, el dragón más latoso del mundo se instala en la casa.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.