Eduardo, el protagonista de esta novela, ha cometido un delito menor por el cual ha sido condenado a un año de trabajo comunitario, que consiste en leer novelas a domicilio a personas enfermas o jubiladas. A pesar de su seductora voz varonil es incapaz de involucrarse en los libros que lee y apenas capta el sentido de las palabras que desfilan antes sus ojos. Sus oyentes se lo reprochan y las amables visitas domiciliarias se convierten en unas situaciones conflictivas que obligarán a Eduardo a cuestionarse como individuo. Atrapado entre el tedio provinciano de una ciudad eternamente primaveral y el peligro de la criminalidad imperante, se dejará arrastrar a una serie de acontecimientos siniestros que de manera totalmente imprevista lo situarán en el meollo de esa población de ancianos a los que de repente se ha visto forzado a dedicar gran parte de su vida.
Con el estilo descarnado de sus cuentos, Fabio Morábito nos ofrece una novela original y vertiginosa en donde un padre enfermo, una poeta misteriosa, una familia de sordos y un lector a domicilio entrecruzan sus destinos en una ciudad que detenta el dudoso record de ser la ciudad con más albercas en el mundo.
«Su escritura deja constancia de aquello que en la vida se pierde, se anula o se despide a través de un estilo clásico, y vira hacia la expresión de lo esencial, transparente y sensible a las premisas de la velocidad y la contundencia».
Geney Beltrán, Letras Libres.
«Sus cuentos y poemas tienen algo de suspense que se extiende también a su trabajo. Empieza a escribir un relato o una poesía, pero nunca sabe cómo lo va a terminar. Y traiciona siempre la idea previa».
Bernardo Marín, El País.