El 3 de julio de 1965 los Beatles actuaron en la Plaza Monumental de Barcelona. Según el ambiente de la época, llegaban los melenudos de Liverpool, el demonio que hundiría en el infierno a la juventud de entonces. Sin embargo, en los sótanos de la comisaría situada en el número 43 de la barcelonesa Via Laietana, se desarrollaba a la misma hora otro infierno muy distinto al que preconizaban Twist and Shout y las otras canciones de aquella noche. Dos jóvenes salen del pueblo de Los Yesares para asistir al concierto y lo que se encuentran no es el griterío de las gradas acompañando aquellas canciones sino el horror más insospechado. Uno de los policías más violentos del franquismo representa ese horror, la crueldad de un poder que no necesita explicar ni justificar nada para ejercer esa crueldad con la impunidad más absoluta. La música de los Beatles suena en los tendidos de la plaza mientras otra música -menos complaciente- estalla en la oscuridad de un tiempo que luego sería condenado por la democracia al olvido y al silencio. Esta novela de Alfons Cervera insiste una vez más en lo que se ha convertido en su principal seña de identidad literaria: la necesidad de recordar, de hacer memoria, de preguntarnos por un pasado infame que nunca acaba de pasar sino que sigue vivo y, a ratos, con la misma intensidadd de entonces.