Bifo forma parte de las reservas de inteligencia colectiva, es decir, de nuestras reservas vitales, para poner en práctica una insumisión lúcida y creativa, nunca complaciente con la nostalgia ni el dogmatismo, frente al siniestro porvenir del planeta que se nos presenta como inevitable.
¿Es posible sustraerse al derrumbe? Esa es la discusión que elabora el pensamiento reticular, heterodoxo y combativo de Bifo. Esa es (también) la cuestión fundamental de este libro, donde el lenguaje vuelve a ser un espacio para la subversión.
Bifo no tiene prescripciones para el futuro. Pero entiende que sin la reconquista presente del deseo (la reactivación del cuerpo social) no hay futuro posible. Es en ese campo de acción donde el arte y la escritura, la imaginación y el lenguaje, vuelven a desplegarse como recursos disidentes.
Fragmentos del prólogo de Vivian Abenshushan.