El lenguaje se pone su mejor saco para presentarse ante el lector de estos poemas, del mismo modo que un hombre de oficina se viste de gala para ir a la cantina de su destino. El desorden prolífico y benéfico del bar es también la circunstancia de estos textos caprichosos, insólitos, obsesivos y alrevesados donde César Silva viaja, conversa con sus fantasmas y envía largas cartas. Eso sí: siempre bajo el ceremonial amparo de la cerveza. Los poemas no son puentes pero la poesía sí lo es: anda, lector, ven y cruza estas páginas, dispongámonos a bombear el vino tinto y a destapar botellas de cebada, porque el gallo está a punto de cantar.
Jorge Humberto Chávez
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2017. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.