Dirigidos a la curiosidad de los entremetidos,
a la turbamulta de los habladores
y a la sonsaca de las viejecitas.
Francisco de quevedo (16:33)
Hablemos de la manera en que la lengua cambia en el tiempo y en el espacio. Hablemos de sus características y de lo que la hace única, de todo lo que puede expresar; de por qué es fácil mentir. Hablemos de lo que no dice, de lo que oculta, de lo prohibido, de lo que por ser tabú no se habla.
Hablemos, por ello, de lo que no está en el diccionario, de lo que no entendemos y de lo que creemos entender o entendemos a medias, de lo que decimos a gritos y de lo que nunca diremos o pretendemos no decir.
Para eso estamos: para hablar sobre ideas, códigos, signos, idiomas, idiolectos, dialectos. Para contar nuestros cuentos alrededor de la palabra. Porque la lengua es una celebración, la Coleccion Algarabía, la parlanchina, la llena de letras, la dicharachera, publica su más reciente entrega: Hablemos de cómo hablamos.
Hablemos sólo por hablar, por disfrutar del peso de las palabras y sus sortilegios. Leamos, sumerjámonos en la manera en que hablamos ayer, mañana y hoy. Y después de eso, sigamos hablando.