¡Ay padrecito, que bueno que lo encuentro solo y desocupado!
El pecado es propiamente una categoría religiosa, que entre nosotros se remonta a la antigua tradición hebreo-cristiana. Dios creó a "su imagen y semejanza", y por tanto la persona humana es la "corona de la creación"; pero también reconocemos nuestra inclinación al mal, las tendencias destructivas y autodestructivas, y en general, el egoísmo y su poder de dominación (el "pecado original"). La sola tendencia en sí misma, no sería pecado. Se trata simplemente de la tentación o incitación al mal.
¿Pecado? Así como eso que ellos decían no, yo no he cometido ninguno.
El pecado puede ser ocasional o bien, su repetición lo convienrte en un hábito, y en este caso hablamos de vicios. El vicio se contrapone a la virtud o hábito para obrar el bien. Otras veces, el pecado se confunde con el sentimiento patológico de culpabilidad -el complejo de culpaque venimos arrastrando a veces desde la infanci misma- que genera sentimientos de remordimiento exagerado, sin proporción con las consecuencias de la falta.
No, ¡No es mi culpa, no es mi culpa, no es mi culpa!
Los "pecados capitales":
La soberbia, La avaricia, La lujuria, La ira, La gula, La envidia y La pereza.
En cada uno de estos monólogos experimentamos la sensación de reconocenos a nosotros mismos o a gente conocida.
Enrique Marroquín.