Decir que Facsímil es una novela sería tan aventurado como decir que no lo es. Quizás sea mejor decir solamente que es un libro de Alejandro Zambra, porque el estilo y los temas que lo han convertido en una voz imprescindible de la literatura latinoamericana se despliegan, aquí, de manera radical y extrema. A partir de la estructura de la Prueba de Aptitud Verbal, aplicada en Chile desde 1967 hasta 2002 a los postulantes a las universidades, el autor crea una obra donde los relatos conviven con fragmentos líricos y ejercicios de lenguaje que más bien constituyen problemas éticos: la necesidad de mentir para validarse ante los demás; la voluntad de establecer vínculos a pesar de la desconfianza en el amor y en la familia; la dificultad de desplazarse por un campo minado de secretos; la desoladora convicción de que, más que aprender a pensar, fuimos entrenados para obedecer y repetir. Facsímil se pasea por temas que nos interpelan como sociedad —la desigualdad, la memoria, la educación— y muestra a un autor que sigue arriesgando y proyectando una obra que se distingue por su precisión, contundencia y, sobre todo, por esa tonalidad única en la que se conjugan la rabia, el humor y la delicadeza.
Un libro contra la ilusión de una respuesta única, contra el facilismo que elimina matices y neutraliza el pensamiento.
Este libro osado, amargo y divertido está basado en un modelo antipático, tal vez el más antipático de todos: un examen de selección múltiple para acceder a la educación universitaria, concretamente el que miles de jóvenes, a lo largo de décadas, tuvieron que afrontar para postular a las universidades chilenas.
«A ustedes no los educaron, los entrenaron», sentencia un personaje de este libro feroz, hecho de relatos, fragmentos líricos y ejercicios de lenguaje, pero también de textos que reconocemos sombríamente como demasiado cercanos (folletería, publicidad, panfletos). Facsímil aborda el fracaso de un sistema educativo que ha perpetuado las desigualdades y precarizado la experiencia. Es un libro contra la ilusión de una respuesta única, contra el facilismo que elimina matices y neutraliza el pensamiento.
Publicado por primera vez en 2014, Facsímil acumuló elogios, ediciones y traducciones a una velocidad inesperada, demostrando que su particularísima mezcla de mordacidad y ternura resuena en diversas escalas, y convirtiéndose en uno de los títulos fundamentales de Alejandro Zambra.