Articulada a partir de una alucinógena serie de entrevistas a antiguos miembros de la escena postpunk de la pequeña y desolada localidad escocesa de Airdrie (y alrededores), Memorial Device pretende reconstruir, a través de los testimonios más delirantes, la corta historia de los legendarios Memorial Device, considerados la mejor banda salida de la ciudad, una banda visionaria, rematadamente underground y maldita, un fulgurante meteoro hacia la nada que parece quintaesenciar a todos los grupos oscuros, abismados y malogrados de aquella época convulsa y febril, empezando por Joy Division.
Con esta ficticia indagación documental sobre un grupo igualmente ficticio –que sirve a su vez para presentarnos una heterogénea y extravagante galería de personajes y cartografiar la peculiar escena artística y musical del lugar, llena de estrambóticas bandas que hacen de la anormalidad su razón de ser– David Keenan ha escrito una especie de carta de amor deforme y malsano, pero sincero; ha pergeñado un retrato intenso, poético y conmovedor –y también entrañablemente grotesco– del movimiento postpunk. La obra es un homenaje, en última instancia, a la urgencia, la pasión y los sueños de juventud como motores vitales, y a la eterna lucha de cada generación por encontrar su lugar en el mundo; un brindis blasfemo por toda esa recua de adolescentes desorientados cabalgando los caballos desbocados de la música.
Memorial Device, la primera y celebrada novela de David Keenan, es un libro visceral, hilarante, profundo y trágico, que capta la locura, el sinsentido y las dificultades sociales de esa década mítica que fueron los años ochenta.