La casa del placer, refugio de enamorados, consta de poco más de 60 poemas, escritos en verso libre, que hablan del amor. El poeta es hechizado por la noche; la oscuridad y lo negro se le vuelve obsesión. Busca el cobijo entre los brazos de ella y se define a través de su cuerpo: desde los comienzos del mundo y los principios de su ser. “Es mi cuerpo manos que inventan de tu cuerpo las palabras”. Habla por la mujer que ama y con ella. Los amantes sobreviven a todo. La casa del placer es el lugar donde el sexo habita y se transforma en fuego, confusión, pájaros, alas, piel. Estar con el ser amado hace que el yo se transforme en tú y viceversa. El personaje forja su propia leyenda sobre la entrega, el apasionamiento. “La noche soy” dice, y articula todos los sentidos para demostrar el sufrimiento o el amor infinito. “Al final del día, la noche comenzará y su existencia en tiempo y espacio crecerá”.
Janitzio Villamar se apodera de la noche. Juega con las licencias literarias a placer, dando como resultado un poemario diferente, que lo hace un poeta adelantado a su tiempo.
Rosa Ma. Esquivel