En mitad de la Revolución, una aristócrata hacendada de la era porfiriana termina al lado de las soldaderas de Villa. En ese submundo donde mujeres y hombres se desplazaban de un lugar a otro en deplorables condiciones de higiene, enfermedad, mutilación, esta "catrina" se convierte en la cirujana de la bola. La Tiznada, heredará La Piedad, propiedad que llegó a tener cinco millones de hectáreas antes de la anexión de Texas a Estados Unidos. En ésta encuentra su razón para vivir en el olor a muerte de la guerra. Aunque su primer impulso fue la sobrevivencia y sus ojos estaban empañados por la venganza. El tránsito de esta mujer, adelantada a su tiempo, traerá a los bárbaros que conforman la tropa algo más que la sanación de su carne. Acompañada de su inseparable amiga, la refranera Tiresias, La Tiznada luchará contra el machismo y el fanatismo religioso e intentará llevar la justicia a las mujeres reivindicando un derecho entonces inimaginable: la libertad sexual.