Isabel Custodio, un poco árabe, un poco judía, un poco fenicia y un poco loca, como se define a sí misma, es dueña de una atrevida pluma que en Baile de dos gallinas sobre su cascarón narra la vida de dos mujeres atrapadas por azares del destino en el espinoso territorio de los hombres. El lenguaje de Custodio, al igual que sus personajes principales no tiene ataduras ni recato alguno. Cada frase, cada oración, cada exclamación estremecen al lector por la fuerza de la escena que describen que, en algunos momentos de tensión, podría calificarse incluso de pornográfica. Dos feministas, una francesa y una española llegan a Bolivia a despertar la conciencia de las mujeres sometidas y terminan ellas mismas atrapadas en los misteriosos e impredecibles vaivenes del mundo masculino.