Dos viejos filósofos, amigos de juventud, se reencuentran después de muchos años. La finalidad: manifestar afectos velados que rayan en una especie de revancha, fermentada con las décadas, de la que nadie en esta obra parece salir indemne. A través de la memoria que rescata por igual el vértigo de los amores furtivos de juventud y la pasión por el ejercicio del pensamiento, estos personajes revelan la naturaleza de sus almas, los vicios que han adquirido como pasatiempo de una vida en perpetuo juicio y los pequeños placeres que les mantiene en contienda en un país donde el poder político y la estulticia se erigen como emblemas de una historia que parece no tener escapatoria.
En ésta, la segunda obra de teatro publicada de Juan Villoro, se describe con humor e ironía la actividad obligatoria que es reflexionar, incluso a pesar de uno mismo.