El mexicano Juan Villoro, uno de los mayores escritores del país azteca, es ampliamente conocido más allá de las de las fronteras hispanoamericanas. Su labor como cronista, que lo sitúa como un innegable referente entre quienes disfrutan y practican este género periodístico, se ha manifestado en un variado espectro que, entre otros temas, va desde el fútbol al rock, pasando por el comandante Marcos en la insurgente Chiapas y por los mineros chilenos que quedaron atrapados en una mina en 2010. Esa misma versatilidad se verifica en sus obras de ficción, ya se trate de cuentos y novelas, libros para niños y jóvenes u obras de teatro.
Los ocho cuentos reunidos en este volumen son una muestra cabal de las virtudes de un narrador que conoce muy bien su oficio y que contagia su entusiasmo de fabulador eximio partiendo de la premisa básica de involucrar, entusiasmar, encantar al lector.
Como en todo relato que se precie, en estos cuentos suceden, y concurren, dos historias: una superficial y otra profunda. La que asoma está narrada sin requiebros se lee llanamente, la otra, sugerida en la primera, transforma al lector en un testigo implicado. Eso puede ser bueno o malo. A cada uno corresponderá juzgarlo.