Con resonancias épicas y gran despliegue de humor e ingenio, en esta novela se narra la fundación, el auge y la decadencia de cierta comunidad establecida a las orillas de una laguna casi perfecta en su redondez. Se trata de un entorno selvático que bien podría ser algún asentamiento maya del Antiguo Imperio, aunque la relación nunca sea explícita. El conocimiento astronómico maya y sus cálculos exactos sobre los ciclos estelares está presente. El más importan-te de ellos es el doble tránsito de Venus sobre el Sol, fenómeno que ocurre cada 130 años (la próxima alineación ocurrirá en 2012). Al principio, los pobladores viven en plena armonía; todo lo que necesitan se los proporciona la naturaleza. Sin embargo, justo cuando ocurre la primera de las interferencias de Venus, surge el conflicto a propósito del nombre que debe recibir la laguna: Beso de la Luna o Sortija del Sol. Eventualmente, esta discrepancia provocará una profunda crisis, la división de la villa y, acaso, su desaparición. Beatriz Gutiérrez Müller ha creado una atmósfera surrealista donde todo es posible: una nueva oportunidad de encontrar el paraíso y deliberar sobre lo que determina el comportamiento humano mientras ocurren los tránsitos venusinos de 1874 y 1882. Desde hace tiempo, la literatura mexicana necesitaba una voz tan singular como la de esta autora.