En esta novela corta, su protagonista Mara, narra la historia de su vida desde su nacimiento. Es una historia que no solamente se escribe en las páginas de un libro, sino que además va dejando huellas visibles en su piel, en forma de tatuajes. Las primeras huellas en mi piel brotaron en tonos azules cuando yo tenía ocho años, cinco mariposas aparecieron en mi espalda tras la muerte de mi padre, cuando me miré en un espejo doble, volaban sobre mi dorso en un armónico dibujo que me hizo sentir menos desgraciada ante la prematura partida del hombre al que tanto admiraba y quería, y por obvias razones, no volvería a ver, al menos en esta vida. Cada tatuaje es un testimonio de los momentos más trascendentales en la vida de Mara, pero también un motivo de extrañeza para el resto de la gente. Desde su infancia, Mara se convierte en una persona especial con una realidad muy propia, una realidad que se va marcando en cada rincón de su piel y queda a la vista de todos. Cada uno de los dibujos que van apareciendo en su cuerpo a lo largo de los años tiene un significado profundo para ella y para el lector mismo, el cual aprende a descifrar la infinita combinación de interpretaciones que puede tener un simple trazo. Mara desea tener una piel inmaculada y a veces envidia la piel lisa de los seres que la rodean, y cuando decide indagar en el pasado de su familia, descubre que ella está afectada por una ´´maldición´´ cuyo origen se remonta a la Alemania de Lutero en el siglo XV. Es una historia que no podemos dejar a medias una vez que la hemos comenzado a leer La habilidad de Ana Goffin para lograr que estilo y trama comulguen a la perfección es tan admirable como su propio estilo.