A medio siglo de radicar en Mexicali, tierra cálida que abraza mi vida desde infante, me exijo y, al mismo tiempo, me permito encender la llama de mi voz, mientras siento esta inmensa sensación de desplazamiento, que letra tras letra, palabra a palabra, me lleva a donde guardo las imágenes que hoy vuelven y se apropian de mi sensible pluma, en una relación amorosa y vital entre el corazón, la memoria y la poesía.
Las huellas y sudores del pasado de este pueblo, mi pueblo cachanilla, me jalan para evocar y sentir nuevamente la arena que pica, el polvo entre los dientes, los lodazales y el salitre, el ventarrón que desprende los matorrales de los lotes baldíos, y la gente, bella gente: diáfana, luchadora y amable; con su devenir confiado y afanoso.
Mi espíritu y mi cuerpo van de viaje en un itinerario histórico, geográfico y social, sin regreso, que me envuelve en escenas de lejanías, recovecos, tropelías, recuerdos y añoranzas, pero sobre todo en homenaje a seres valiosos y muy nuestros, quienes no merecen un minuto más en el olvido.
En estos tiempos de libertad de expresión, según se dice, es necesario desnudar las apariencias y no tener temor a lo latente; gran parte de nuestro país reclama dignidad y honestidad, aunque todo parece carcomer nuestros sueños y esperanzas; pero dentro de cada uno de nosotros hay todavía un espíritu muy fuerte, lleno de valor y rebeldía.
Quizás estas páginas hieran algunas susceptibilidades, aunque la intención de este libro, testigo de luces que todavía titilan y obscuridades agobiantes, es provocar en sus lectores una dulce nostalgia, un leve asentimiento, quizás una sonrisa de complicidad al leer cosas que el pueblo sabe y piensa, aunque nunca se le presente la oportunidad de expresarlo o no se atreva a gritarlo.
Este trabajo es, finalmente, un testimonio de impresiones y vivencias; un paseo por la memoria personal y por el desgarramiento espiritual.
Los ideales podrán opacarse, quedar en el olvido, pero los hechos no podrán borrarse mientras existan quienes los denuncien y los relaten con amor, veracidad y un destello de esperanza.
La autora