Mínimos desvíos es un concierto de movimientos cortos y de gran aliento que mantienen respiración y equilibrio sobre el grosor de un cabello plagado de orzuela, y ante la más sutil vibración, se despeñan al vacío, la náusea, la acidez o el espasmo.
"Los tipos de catarsis que permite el humor son variados, dentro de la literatura son infinitos, y cuando los intentos de euritmia son exitosos, como las carcajadas debilitando a las dos horas de gimnasio, surge la compañía que se agradece y logra purificar el momento sin necesidad de la compasión. No suelo colocar el sinsentido en un final que desde el principio se aborda mitológicamente y a pesar de ello muchos de los Mínimos desvíos me sorprendieron."
Mabel Bellante
Poeta
"Con una narración abundante en escondites, el autor nos introduce en un mundo donde destaca la extrañez de lo ordinario y en el que algunas veces, sólo algunas, ocurre lo esperado. La travesía propuesta en Mínimos desvíos plantea un ejercicio de agudeza conceptual."
Juan Pablo Varela
Ensayista