He aquí la tabla del juego de mesa. he aquí las cartas, voceadas por un niño gritón. uno tras otro pasan personajes, objetos, rincones. el baladro de la urbe aparece transfigurado gracias a los pies trocaicos que estilas. De esta manera, taloneas las palabras: cambias los sustantivos de oficio y los verbalizas a la primera provocación. Por similitud de los sonidos doblas o triplicas los vocablos, derivas unos de otros o usas dos gemelos con sentidos diferentes.
También haces suspensiones, albures, reticencias: es decir, quiebras las palabras, las desdoblas, te las comes enteritas.
Las piezas de este ábaco de pies rítmicos han requerido una gran faena crítica de tu parte para desensamblar el relajo sonoro y organizar nuestras palabras manoseadas hasta darles una estructura bien plantada y vigorosa. De este modo vistes la lengua chabacana de domingo.
Rodrigo García Bonillas