Éste es un libro de reconocimientos. De micro homenajes a amigos y compañeros, a creaciones y trayectorias, a personajes ejemplares en situaciones críticas. En una época marcada por la maledicencia y un agrio humor público no está de más recordar las obras –novelas, películas, estudios, ensayos– y a las personas –conocidas o no, cercanas o lejanas– que han coadyuvado a hacer mejor –o menos peor– la vida. Vivimos un momento crispado, no proclive al reconocimiento de los otros. Un país marcado por sucesivos actos de corrupción que quedan impunes, por una nube de violencia que deja una potente cauda de muertos, desaparecidos, familias quebradas, sumados a una economía que no le ofrece un horizonte productivo a millones de jóvenes, más nuestras ancestrales desigualdades que impiden referirse a un México medianamente integrado, son el caldo de cultivo de un humor social desencantado, colérico, tenso y en muchas ocasiones cínico. Parecería que en esa situación no hay espacio para los agradecimientos, para los recuerdos gratificantes, para registrar que en el transcurso de la vida seguramente hubo y hay personas y obras que la han hecho más placentera, ofreciendo sentido a la existencia.
—José Woldenberg