Memorias de guerra transcurre en ese territorio temporal damnificado por la naturaleza depredadora del hombre, donde conviven lo bello y lo triste, como animados a modo de volátil paradoja por embates, golpes de estado y el esplendor terrífico de la guerra.
En la voz de sus narradores, la autora hace latir y mantenerse intacto el germen de humanidad que sostiene al mundo, entre otras razones porque la prosa de Norma López Suárez sabe contener con eficacia giros o emociones precipitadas, encaminado su afán en desbordarlas con sutileza bajo la guía de su propia clarividencia.
Estos tres relatos cautivan y duelen; prevalece en ellos el sabor de esa literatura que ya no se escribe con frecuencia en nuestra era, quizá porque hemos olvidado la épica de la que son capaces los humanos comunes y corrientes. Así, emoción e intuición han hecho posible la narrativa cruda y también tierna de este libro.
Isaí Moreno