La poesía de Luis Alfredo Arango representa una magnífica ocasión para asomarnos al otro lado de las cosas. Su convivencia con la cultura maya, su profundo conocimiento de la tradición literaria española e hispanoamericana, su adhesión a la vanguardia y su especial sensibilidad estética hacen de su producción un camino de exploración de los varios significados de lo real. Sus composiciones nos ayudan a cruzar las fronteras entre la apariencia de las cosas y su significado más oculto. La antigua sabiduría maya le ha enseñado que todos somos parte de un universo vivo y significativo y que múltiples raíces nos atan a nuestro medio. Su poesía nos ofrece la oportunidad de caminar por senderos reticulares, descubrir los puentes entre nuestra existencia y montañas, luna, ángeles, gotas de lluvia, caballos y pájaros. La peculiar biografía del poeta y su toma de conciencia de los problemas sociales de Guatemala lo han llevado a una visión transfronteriza que abraza uno y otro lado de la realidad, una y otra cultura, nuestra condición individual y la vida cósmica. En su obra conviven el romancero con el estilo ceremonial maya, la poética de Garcilaso y san Juan de la Cruz con el lenguaje de los anuncios publicitarios, la poesía de Parra y Cardenal con la retórica mesoamericana, en una gran sinfonía polifónica que reproduce la riqueza de la oralidad guatemalteca. Luis Alfredo Arango es uno de los poetas más grandes de Guatemala; fue el primer ganador del premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias en 1988. A pesar de sus méritos humanos y literarios, su obra hoy es casi desconocida y ha suscitado poco interés por parte de la crítica. Este libro tiene el propósito de dar a conocer la obra de un gran ser humano que ha logrado «habitar la tierra poéticamente».