¿Qué se le exige a un novel oficiante del cuento? Que logre conjuntar la desfachatez y la técnica para seducir a los lectores. Más que una base experimental de ruptura y de tradición, se trata de contar de otro modo lo mismo, pero con una singular forma de ver el mundo; en el caso de Autopista del sol, de José Luis Zapata, encontramos que el realismo y una pieza de corte fantástico son las claves para acercarse sin miedo a la sustancia narrativa. Zapata logra cuentos bien ensamblados, como el que da nombre a este volumen. Desarrolla el humor, eso que tanta falta le hace al continente literario, como una estrategia narrativa que va siendo pasada por agua en distintos escenarios, pero esencialmente el autor pone luz a un enigma que para él significa el estallido de la magia: la mujer, ya sea como detonante de un cuento, como cierre enigmático de otro, pero siempre como el eje rector de una pasión que desnuda la verdadera búsqueda estética: asirse de lo femenino, tal vez un reducto de esa planta carnívora que llamamos Acapulco.