Érase una vez una casa movediza; o más bien dicho: había una vez una casa movediza; o mejor aún: érase que se era una casa movediza. Para el caso da lo mismo, la idea es iniciar este relato y no hacer una parodia de los cuentos...
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2001. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.