A lo largo de su incansable trayectoria itinerante, María Zambrano encontró en Francia un lugar de reposo en los claros el bosque del Jura. En su pequeña casa-convento abandonado, catacumba, gruta madriguera de La Pièce-Crozet ella escribió una obra de innegable contenido poético y reflexivo. Claros del bosque y La tumba de Antígona son algunas de las muestras más representativas de este periodo. La serenidad circundada por la naturaleza del Jura le permitió a la autora culminar en soledad los proyectos de su pensamiento. Allí, la proyección de una patria de destino, o patria verdadera, terminará por hacer del exilio su propio refugio.
Los estudios que se presentan en este libro se centran en este momento de claridad de la trayectoria de Zambrano. Abordan su obra más conocida junto con su horizonte: el intercambio epistolar con sus coetáneos, el peso de lo autobiográfico, las relaciones con la filosofía y el teatro contemporáneo. Todos con el objetivo común de poner en movimiento una forma de pensamiento y escritura que siempre mantuvo abierta.
Edición y presentación de Auréli Deny.