Este libro de poemas tiene la elegancia que da el conocimiento vasto del oficio literario y la gracia de quien vive con plenitud y curiosidad. La memoria es el texto; los escenarios son las calles agitadas y los recintos íntimos; el buen humor es uno de los tonos, de las muchas luces en este arco iris que se alza en medio de un desierto, de una frontera física y mental, terrenal y temporal, donde el dolor es profundo como también lo son el amor y la ternura.
Voz poética de alta madurez, la música de las palabras suena para darle armonía a una ciudad ruidosa; para regalarle serenidad a los atormentados y reírse con los jóvenes en las esquinas. Para volver a nombrar al cuerpo y a su acción fecunda. Para hallar imágenes en las pesadillas de la violencia. Para hacer un canto de amor a la amada. Para alimentar la mirada y hacer más extenso su registro, para afinar la percepción de la existencia. Este libro está escrito con honestidad y destreza, con cariño y sabiduría.
