Dicen de son de uno... pero nada... sonde dos. ¡Los dedos!
Las adivinanzas nos permiten ejercitar la memoria, la lectura en voz alta y la comprensión. Enriquecen nuestro vocabulario y fortalecen nuestro autoestima al causar asombro y gracia ante los ojos de los demás; pero sobre todo, las adivinanzas nos ofrecen la posibilidad de convivir entre chicos y grandes, en una actividad fascinante que es hacernos cosquillas con las palabras. Que la risa compartida nos lleve a alcanzar una estrecha comunicación, momentos de intimidad para recuperar la vieja costumbre de platicar con los amigos y en familia.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2002. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.