Josué el protagonista de esta novela no es cualquier sexo servidor, es un hombre que sabedor de sus cualidades y atributos físicos ha hecho de su cuerpo una virtud, que utiliza hábilmente para erotizar a turistas, mujeres adineradas, hombres solos, porlo general ofreciendo servicios a personas maduras que requerían de asistencia de tipo sexual, participar en orgías, y ocasionalmente se le contrataba para servivr de acompañante a funcionarias o diplomáticas, sin que hubiera sexo de por medio.
Todo va bien, sin embargo al iniciar un nuevo año su vida cotidiana va cambiando siendo las cuatro estaciones las que orientan su destino, a partir de ahí hace un sumario de su existencia donde las reflexiones acerca de la vida y la muerte lo involucran con Pancho Tzompa (un viajer constante y contraparte del protagonista), que súbitamente llega a su vida para hacerlo reflexionar sobre su propia existencia y soledad.
En medio de estas disertaciones Josué se traslada a otras épocas y a diversos paisajes terrenales logrando rebasar los límites entre la realidad y la ilusión; repentinamente, entre el otoño y el invierno, se halla en sitios donde la oscuridad es absoluta existiendo solamente la desesperanza. Así los lectores viajamos por el oriente, cruzamos el mediterráneo, ríos, lagos y montañas, para llegar a pueblos tan antiguos como los hebreos, dándonos a conocer la diversidad cultural de pueblos milenarios. En medio de esos viajes Josué tendrá encuentros por demás increíbles, de pronto en la Alameda Central se encuentra con Andrea Palma, su actriz favorita o con el príncipe Anubis, hijo de Osiris, el Dios de los egipcios, en el metro Copilco, allá en las entrañas de Ciudad Universitaria; todo ello crea un ambiente lleno de fantasías.
A través de sus personajes, el autor nos lleva a un viaje por el mundo y submundo de la prostitución masculina. dándonos a conocer lugares y ambientes que pocas veces imaginamos que pudieran exisitir en una megalópolis como la nuestra.
David A. Rincón Pérez