Cerveza. No me importa su historia en la humanidad sino tener las suficientes oportunidades para seguirla bebiendo. Pocos entenderían el sufrimiento de este hombre cuando el municipio declara ley seca y se debe recurrir a los que venden caguamas al triple del precio normal. No soy un profesionista como para andar pagando cervesas a precios inflados. Pasé por la universidad, sí, pero sólo para probarme, para saber mis posibilidades de acostarme con una muchacha estudiosa, de ésas con lentes y vestido largo. Por supuesto ellas también tienen sus noches de sexo. Pero sólo con los candidatos más prometedores. Así, a su amigo Joaquín Vicente no le quedó de otra que hacer de tripas corazón y escapar de ahí.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2006. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.