Ezequiel, el adivinador, le ha hecho varias predicciones, pero ella no puede pensar en otra cosa sino en sus ojos verdes y su olor a naranja. Reportera de la sección de deportes, está comprometida con un mediocre jugador de soccer apodado La Verrugapor razones -más que obvias- grotescas.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2006. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.