Un caracol velocidad quería,
deseaba ser piloto de carreras
y por ello entrenaba cada día
para imponer un récord de primera.
Con su cuerpo tan torpe y tan viscoso
y una casa en el lomo se demora,
pero impone una marca el presuroso:
como cinco centímetros por hora.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2002. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.