“Yo, que he escrito mi vida con los ojos cerrados
tengo para mí una cómplice sonrisa,
una epígrafe por cada capítulo andado
un desenlace que siempre
es distinto al esperado.
Punto”
Hay algo en el interior de las Selvas Mínimas que permanece oculto. Eso que queda en el fuero interno del lector, en su sentir inmediato, tras la lectura de cada poema, ese algo cuyo fin sólo se alcanza utilizando los mecanimos propios de aquel que los va resolviendo.
La poesía que Mario Z Puglisi nos presenta en este libro, se reúne bajo seis títulos que mantienen una coherencia vital. Seis selvas mínimas que nos van sumergiendo en la humedad de la vida contenida en cada despertar y en la tragedia innegable de cada encrucijada débilmente afrontada. El poeta canta lo que vive, y de esa manera vive lo que aquí nos revela permitiendo siempre que seamos nosotros quienes legitimemos cada una de las piezas del ecosistema de este libro. En él se notan partes disímiles de la vida del poeta, trozos de lo aprendido, líneas cuyo movimiento se genera, se reproduce y se queda allí mismo, en el área que oculta el espesor de estas selvas compartidas.