¿Cuáles son los elementos que vinculan a un poeta con su terrenidad? ¿Qué rasgos, qué fuentes de expresión, qué signos de lesa humanidad convierten a un poeta en un ser transitorio, un ser en permanente búsqueda del día que sigue? Sobre estas y otras cuestiones transcurre la voz de Francisco Meza que, con La bitácora y un día más (título que acaso sin querer alude a Las mil y una noches), ajusta cuentas con un pasado cuyas raíces profundas se encuentran con un presente en pleno estado de gracia. Libro de proporciones morales, donde la metáfora es la estrategia de un prosaísmo certero y sin concesiones, La bitácora… nos revela a un autor joven y, sin embargo, de una muy equilibrada madurez; un poeta que nos cuenta su vida como se cuenta el destino de un hombre en la cuerda floja.
Jesús Ramón Ibarra