Como una cuenta regresiva que viene a darle razón al destino que me instala en sus manos, enemigo, he de dejar aquí, sin luto de muerte, el punto final que día a día se anuncia en sus palabras. Magdalena desnuda jugando a los poemas es así un exquisito discurso de lo no dicho y una panacea de vacíos acomodada en el cuerpo, tibiamente salivada, donde encuentro un principio de resistencia contra el ataque visceral a mis costillas.
Programa Editorial de Sonora 2008.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2008. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.